lunes, 13 de junio de 2016

Una discusión por la "lealtad" y otra por la "rendición"

Esta semana mi novio y yo tuvimos dos problemas que nos hicieron discutir. El primero ocurrió el lunes pasado, cuando mi novio se encontró con un amigo suyo que resulta ser un exnovio mío. Yo le he dicho que él se comportó mal conmigo y, aún así, mi novio sigue considerándolo amigo suyo y eso me molesta. El problema ocurrió porque el martes le dije que si lo acompañaba a la universidad y él me dijo que no, porque quería verse con este amigo y, por obvias razones, no quería que él y yo nos viéramos. Yo le dije que no tenía de que preocuparse, que yo tampoco quiero que él y yo nos veamos, pero tampoco me gustaría que ellos dos sean amigos y él me respondió: "aunque él se portó mal contigo, se portó muy bien conmigo cuando yo lo necesitaba" y yo le argumenté que "la lealtad también incluye no ser amigo de alguien que lastimó a quien tú amas". No sé si estoy en lo correcto. El otro problema surgió porque decidí dejar de nadar, algo que he estado haciendo últimamente y, en lugar de apoyarme con mi decisión comenzó a decirme que me estaba dando por vencida. Yo ya le expliqué que puedo ir a nadar dos veces a la semana, pero nadar 12 horas a la semana es algo que me quita mucho tiempo y me pide un esfuerzo tan grande que, en vez de seguir siendo un gusto, se ha convertido en un deber tortuoso. Le expliqué que quienes entrenan así lo hacen porque se definen como nadadores y dedican su vida a ello, lo cual no es mi caso, para mí nadar es sólo un hobby que disfruto y quiero que siga siendo así, pues últimamente me está restando tiempo en otras actividades que para mí son más importantes, especialmente en la elaboración de un proyecto para poder estudiar una maestría. Como le dije, una meta real que yo tengo es entrar a una maestría, no ganar una medalla de natación. No es que menosprecie la natación, pero a mí se me da más, y más me gusta, hacer un esfuerzo intelectual, es más, cuando he hecho esfuerzos intelectuales en mi vida, he disfrutado de hacerlo, mientras que hay personas a las que les da flojera pensar. Por mi cuenta, se me dificulta mucho hacer el esfuerzo físico que he estado haciendo, no lo estoy disfrutando sino que lo estoy sufriendo y no puedo permitir que este hobby deje de ser agradable y se vuelva insufrible. Hay quienes tienen la capacidad de disfrutar de un esfuerzo físico como éste, no es mi caso. Pienso seguir nadando porque disfruto mucho del agua, pero quiero nadar a mi ritmo, sin la presión del reloj y de la entrenadora. En fin, él está molesto y yo creo que debería apoyarme, si él, que es la persona más cercana a mí, no me apoya, entonces siento que estoy haciendo algo mal y eso me hace sentir triste y me enoja, porque yo sé que mi decisión es sensata. En fin, estos fueron nuestros problemas esta semana. No sé si estoy siendo necia con alguno de los dos, pienso que quizás en el primer caso, debo ceder, después de todo es su vida y él quiere ser amigo de mi exnovio y mientras no lo traiga a la casa, yo debería no prestarle tanta atención; aún así, me cuesta trabajo. En cuanto al segundo caso, creo que estoy en lo correcto, pues es mi vida y yo puedo decidir lo que deseo hacer, pero me molesta que él quiera que me sienta mal, que sienta que me di por vencida y que soy débil por eso. No soy débil, cada quien mide sus capacidades y conoce sus límites. Si pudiera iría a nadar todos los días una hora en vez de dos y lo haría a mi ritmo en vez de a contrareloj, pero las opciones del deportivo son: o demasiado, o demasiado poco; y elijo ésta última porque la primera opción se ha vuelto desgastante y absorbe toda mi vida y no lo deseo así, mi vida está en otra parte, como diría Milan Kundera.

                                 

miércoles, 18 de mayo de 2016

La vida en pareja



Llevo pocos meses viviendo con mi novio y mi vida ha cambiado mucho. Ahora me siento más ocupada que nunca y nuestra relación se ha vuelto diferente.
Acabo de ver la película "Antes del anochecer", tercera parte de la secuela conformada por otras dos películas previas: "Antes del amanecer"y "Antes del atardecer". Me emocioné cuando me la encontré, pues no sabía que existía y me gustan mucho las partes previas. En esta última parte de la historia, que salió al parecer hace tres años, vemos por primera vez a la pareja (Céline y Jesse) después de haber estado juntos por varios años. Como en las partes previas, ésta capta completamente cómo es una relación de pareja, cómo es la interacción humana. En la primera parte de la saga podemos observar el enamoramiento de estos dos jóvenes, la conexión intensa que sienten el uno por el otro, en ésta última podemos observar los conflictos que existen en su relación.
Cuando encontré la película le comenté a mi novio lo mucho que me gusta la saga y le dije cómo ellos se parecían a nosotros, pues también se conocieron caminando por una ciudad desconocida. No puedo evitar sentir que esos personajes son muy similares a nosotros, quizás porque esa es la intención del filme: generar una identificación auténtica. Ahora que he visto esta tercera parte, de nuevo siento una identificación y es que los pleitos que mi novio y yo tenemos son muy parecidos a los que pude observar en pantalla (y tal vez así sean todos los pleitos de pareja).
Yo no tengo hijos y, no obstante, cada día siento que dedico menos tiempo a mí misma, por ejemplo, yo solía levantarme temprano y leer un libro por puro placer mientras tomaba una taza de café, ahora me despierto tarde porque él no duerme jamás temprano y, pese a que yo lo intento, me he tenido que adecuar a su horario: levantarnos tarde y dormirnos tarde. Eso no me molesta, pero para cuando me levanto ya es demasiado tarde y debo ponerme a trabajar pŕonto (mi trabajo es por internet), pero antes hay que desayunar y soy yo quien prepara el desayuno, mientras él se sienta ante su computadora a hacer sus cosas. Después de desayunar, hay que pasear al perro y ya para cuando puedo comenzar a trabajar es la una de la tarde, obviamente no hay tiempo de leer un libro y tomar café y son esas pequeñas cosas que hago sólo por mimarme las que más extraño.
En la película, ella se queja de que él tiene tiempo de meditar y filosofar, pero ella tiene que ser madre de tiempo completo y no puede darse el espacio de pensar. Yo extraño también ese espacio, aunque yo no sea madre. Debo lavar ropa (él lava su ropa, desde luego, pero soy yo quien lava los manteles y las cosas de la casa), debo cocinar, limpiar la casa, pasear al perro, tender la cama, todo eso aparte de hacer mi trabajo. Cuando me quejo de todas estas labores, él me dice que no lo haga que nadie me obliga (y es verdad), pero si por él fuera viviríamos en una casa sucia y comeríamos siempre pizza.  Es por eso que me siento cansada y sí, envidio que él tenga tiempo de meditar y pensar en cuestiones de filosofía, cuando yo ya no tengo esa posibilidad, yo que amo leer y reflexionar me siento como un ama de casa chafa (sí, muy chafa, porque además soy muy mala en ello), y no me puedo quejar porque él no obliga a hacer nada. Lo amo y no preferiría tener una casa limpia y tiempo de leer, porque a cambio puedo conversar con él, dormir bajo su abrazo y sentir que mi vida importa a alguién.... pero a veces siento que no sé cómo recuperarme a mí misma...
Aunque los dos trabajamos escribiendo, él trabaja escribiendo y pensando lo que a él le gusta, mientras que yo debo hacer lo que me piden. Él me pregunta: "¿porqué te quejas?, tu trabajo es escribir", sí, pero ya nunca puedo escribir lo que yo quiero, ni leer lo que yo quiero, porque no me queda tiempo.
Por cierto, qué maravillosas son esas películas y qué tristes son también, porque muestran que el amor  real no es un cuento de hadas, es hermoso y terrible, porque te da, pero también te quita. Tengo la suerte de vivir con el amor de mi vida, y aún así no soy completamente feliz a su lado, pero eso no es su culpa sino que así somos de complejos y estúpidos los seres humanos.

Nada nuevo bajo el sol

La elección del título del blog se basa en el eclesiastés de la biblia, cosa que, o es obvia para quien lo sabe, o es frase trillada pero de origen desconocido para quien no lo sabe. Todos a veces sabemos cosas y, por ende, creemos que son obvias, y a veces no sabemos cosas, por lo que nos causan interés (o bien nos valen madres, según sea el caso). En fin, elegí esa frase trillada pero certera, porque pienso que no hay nada nuevo bajo el sol.  Decir "no hay nada nuevo bajo el sol", no significa, como afirmaba la otra vez un amigo en una discusión, que ya no se puede crear un nuevo arte, una nueva ciencia o lo que sea.... lo que significa, pienso yo, es que el ser humano es un ser humano y, cuando llegué a las verdades más profundas y trascendentales de su ser y de la existencia,va a llegar a lo mismo, a lo que otros antes que él han llegado, porque hay cosas que son universales y no cambian. No hay nada nuevo bajo el sol: lo que hay es vida, muerte, amor, soledad.... lo que tú digas, ya alguien más lo habrá dicho, lo que no significa que no haya millones de formas de decirlo y que tu vida, tu muerte, tu amor o tu soledad no sean únicas, porque son tuyas y sólo cuando son tuyas importan. ¿Qué me importa a mí que un poeta haya amado a su amada? Sólo me importa en el sentido de que cuando lo leo lo comprendo a partir de mi propio amor, de mi propia experiencia. Más allá de esta frase, el eclesiastés es mi libro favorito de la biblia, me parece certero y hermoso, certero porque todo es vanidad, y porque hay tiempo de sembrar y tiempo de cosechar; hermoso porque tienen una forma rítmica y poética. Pero este blog no trata sobre nada de eso.

Sucumbir ante la tecnología, ¿soledad?

Antes que nada debo decir que no soy una de esas personas que aman la tecnología, lo cual es raro hoy en día, la mayoría de las discusiones que tengo con las personas cercanas a mí tienen que ver con eso. Me molesta que mi novio deba conectarse al facebook todas las noches (ni una sola noche deja de hacerlo) o que mi hermano se siente a la mesa sin dejar de revisar el celular cada cinco minutos. Me pregunto si son más o menos felices por hacer eso. Yo no formo parte del mundo virtual porque he combatido mucho. No significa que no use la computadora o el internet, lo uso la mayor parte del tiempo, pero nunca de manera personal, es decir, busco información pero mi vida no está allí. Hacer lo que estoy haciendo, es decir crear un blog, es para mí algo que me hace un poco de violencia, pero que decidí probar porque a veces siento que requiero un espacio más para comunicarme. Esta afirmación es triste y me hace pensar que me siento sola, pese a que tengo a mucha gente a quien quiero en mi vida; pero también me hace pensar que hoy en día todos estamos solos y por eso recurrimos a las computadoras. Es esta idea interior de soledad la que más me molesta y por la que no tengo facebook ni nada de eso, porque pienso que la gente o está de carne y hueso o no está y mi orgullo me hace pensar: no necesito la virtualidad y sus fantasías, mi vida es real y me basta. Tal vez escribir este blog sea una derrota, o tal  vez sea un nuevo camino para conocerme a mí misma. Quién sabe.